La
Luna, nuestro querido satélite natural, que vemos a simple vista en el
firmamento y que nos ilumina con su luz todas las noches, se esta alejando
de la Tierra y los científicos no pueden hacer nada para evitarlo. Sin
duda, la mayoría de los seres humano conocemos tal acontecimiento y esta es
nuestra segunda entrega sobre el tema.
El
alejamiento de la Luna no es algo nuevo, esto está sucediendo desde hace
miles de años y según las historias de nuestros abuelos es que el satélite
natural, en el pasado, se veía en tamaño mucho más grande en el firmamento.
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Hoy
la Luna está 18 veces más lejos que cuando se formó hace 4.500 millones de
años y contando, el reloj no para. La compañera de la Tierra se aleja a
razón de 4 centímetros por año y más tarde que temprano, se irá y nos
dejará.
Según
la investigadora Margaret Ebunoluwa, adscrita al Departamento de
Ciencias y Tecnología del University College de Londres, la Luna se
distancia de la Tierra, como lo mencionamos antes, a razón de casi 4 centímetros
por año y está documentado y comprobado por la NASA. Un dato no menor que
supone con el transcurrir del tiempo, el fin del vínculo entre la Tierra y la
Luna.
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Como
es bien sabido, los dos cuerpos celestes están unidos por una especie de “cordón
umbilical” gravitacional, pero a medida que el movimiento de la Tierra se
ralentiza, se acelera el de la Luna y empuja la órbita del satélite hacia
afuera.
El
alejamiento se pudo comprobar, gracias a las misiones del programa Apolo de
la NASA en 1969 y 1972, debido a que los astronautas dejaron en la
Luna unidades retrorreflectoras repletas de pequeños espejos que los
astrónomos; mediante rayos láser lanzados desde la Tierra hacia la Luna,
pueden medir con precisión la distancia para llevar un registro del alejamiento
del satélite.
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En
consecuencia, el alejamiento que es inevitable se debe en gran medida a la
fricción entre la superficie de nuestro planeta y su enorme masa de agua en la
superficie que hace que la Tierra gire un poco más lento de lo normal sobre
su eje.
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Actualmente,
nuestro satélite se encuentra a unos 385.000 kilómetros de nosotros y esta
distancia seguirá en aumento progresivamente. Sin la Luna en nuestro
horizonte, los mares no tendrían mareas, las noches serán más oscuras y los
días serían más largos.
Las
mareas solo las provocaría nuestro Sol (mareas solares) y las mareas
provocadas por la Luna desaparecerían que, sin duda, son las más
importantes. Esto traería consecuencias significativas para el planeta como
la desaparición de algunas especies por la falta de luz por las noches.