Se
estima que hay unos 300 millones de planetas parecidos a la Tierra
potencialmente habitables en nuestra galaxia, de los cuales, según los científicos,
muchos de ellos a una distancia de tan solo 30 años luz de nuestro sistema
solar.
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El
sistema extrasolar espejo, más parecido al nuestro, es Trappist-1. Este “gemelo”
de nuestro sistema solar, contiene 7 planetas rocosos y tres de ellos
aparecen en la “zona habitable” de su estrella madre, una enana roja
ultra fría 10% más pequeña que nuestro Sol, a 40 años luz de distancia de la
Tierra.
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El
telescopio James Webb de la NASA, ya comienza a estudiar a Trappist-1,
este fascinante sistema solar con 7 planetas rocosos de tamaño parecidos a la
Tierra. Según Olivia Lim, líder investigadora del programa JWST, el James
Webb estudiará principalmente los planetas Trappist-1b, c, g y f con
el objetivo de comprobar si tienen atmósfera o no.
Olivia
Lim,
dijo para The Planetary Society, que “buscaremos detectar las
características moleculares como el dióxido de carbono, el ozono y el agua en
los espectros de tránsito de esos planetas”; en especial los tres (Trappist-1e,
f y g) que se encuentran en la “zona ricitos de oro”, lugar donde el
agua puede encontrarse en sus tres estados.
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El
telescopio James Webb, en la actualidad, es el principal observatorio
espacial que existe y esta dotado con la última tecnología para exploración
y estudio de planetas, estrellas y los orígenes del universo en general. La
comunidad científica aplaude el estudio de Trappist-1 por tratarse de
uno de los sistemas solares más parecidos al nuestro.
Ya
el telescopio James Webb logró echarle un primer vistazo al sistema
solar Trappist-1; recordemos que el JWST cuenta con un instrumento (NIRSpec)
que puede detectar las firmas de las moléculas como el dióxido de carbono, el
oxigeno y el metano que, además, arroja pistas de la composición de su
atmósfera y signos de posible vida en la superficie de los planetas.
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Sin
embargo, otros astrónomos de la Universidad de Montreal y Harvard
pudieron demostrar en un informe preliminar que los planetas Trappist-1b, c
y g; no cuentan con atmósferas ricas en hidrógeno y estos no serían aptos
para la vida tal como la conocemos.
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No
obstante, el James Webb tiene en la mira a este intrigante sistema solar de
Trappist-1 y es uno de los primeros objetivos a estudiar en el 2023; destacando
a Trappist-1e, el planeta más prometedor para albergar vida, al que lo
sigue en importancia Trappist-1f; por su similitud con nuestro planeta
Tierra.
Los astrónomos buscaran indicios que indiquen
con certeza si estos planetas tienen atmósferas y si existen las
condiciones necesarias para albergar vida como la conocemos. Quizás el programa
JWST, al final del estudio del sistema solar Trappist-1, pueda
responder a la pregunta; ¿estamos solos en el universo?