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China
acaba de anunciar que la fase final de acoplamiento de su nueva Estación
Espacial bautizada como “Tiangong”, (“Palacio Celestial” en mandarín), ya
está lista para entrar en operaciones.
La
nueva potencia mundial informó que la Estación Espacial “Tiangong” pesa unas
70 toneladas y su funcionamiento está programado para resistir unos 15 años.
El gigante asiático China poco a poco se va consolidando en la exploración
espacial y la puesta en marcha de esta estación en la órbita baja de la
Tierra es prueba de ello.
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La
“Tiangong”, equipada con la última tecnología, está casi en pleno
rendimiento, después de años de trabajos y pruebas de los científicos chinos
para lograr este objetivo. El último módulo “Mengtian” (“soñando con los
cielos”) se acopló con éxito a la estación; era el tercer módulo de
la Estación Espacial China.
La
Estación Espacial China costó 60 miles de millones CNY.
Mientras que la Estación Espacial Internacional (ISS), es la
construcción más cara que se haya llevado a cabo, con un costo estimado de
120 billones de dólares estadounidenses. Un dólar (USD) equivale a 6,48
CNY, la moneda china (yuan renminbi).
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En
consecuencia, la “Tiangong”, está lista para competir con la vieja, obsoleta,
y desordenada Estación Espacial Internacional (ISS por su ciclas en inglés)
de la NASA. La estación China, tiene capacidad para alojar a tres astronautas
(taikonautas, los astronautas chinos) y estará ubicada en la órbita baja de
la Tierra a una distancia de entre 340 y 450 kilómetros sobre la
superficie.
Las
agencias internacionales de noticias aseguran que, con este acoplamiento
final, los chinos marcan un hito en el programa de investigación en la carrera
espacial y afirman que la Estación Espacial Internacional (ISS) comandada
por la NASA estadounidense, está en la recta final de su vida útil y que se
estima será antes de finalizar esta década.
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Pero
mientras desde Pekín celebran el éxito de la misión y observan como la carrera
espacial china avanza a pasos agigantados, en Washington ven con
preocupación el desarrollo tecnológico del gigante asiático en su afán por
conquistar el espacio con su programa espacial.