Pero lo más importante es que, en sus primeras imágenes, el James Webb descubre
agua y nubes en exoplaneta situado a 1.150 años luz de distancia de la Tierra.
Se trata de WASP-96, un exoplaneta que orbita una estrella muy parecida
a nuestro Sol.
El
Exoplaneta WASP-96, se encuentra en la constelación de Fénix, pero el planeta orbita cerca de su estrella; un poco más
cerca que la distancia del Sol a Mercurio, la cual provoca temperaturas de
538 °C, según los datos del telescopio espacial James Webb.
El James Webb descubre agua y nubes en WASP-96, gracias a su generador de imágenes
en infrarrojo cercano y su espectrómetro sin rendija (NIRISS, por sus
siglas en inglés) cuando el exoplaneta pasaba frente a su estrella.
Explican los científicos del Webb que, el aparato capta la luz de la
estrella que se filtra por la atmósfera del planeta y la compara con los
registros del cuerpo celeste.
Con
lo anterior, el James Webb puede detectar la presencia de gases en la atmósfera
del planeta. En este
caso, el telescopio ha capturado la firma
inequívoca de agua, nubes y neblina en el exoplaneta gigante de gas
caliente WASP-96 que orbita una estrella distante similar a nuestro Sol.
WASP-96
es uno de los más de cinco mil planetas confirmados por la NASA en la Vía
Láctea. El exoplaneta
tiene una masa inferior a la de nuestro Júpiter,
pero con un diámetro 1,2 veces mayor y más hinchado que cualquier
planeta de nuestro Sistema Solar.
La
combinación entre su tamaño, periodo orbital y atmósfera hinchada, hacen que
WASP-96 sea el candidato ideal para observaciones más detalladas por
el James Webb por la detección de
agua, nubes y neblinas en la atmósfera de este exoplaneta.